sábado, 19 de enero de 2013

Pero... es que tengo miedo...

¿Qué tal?
Os cuento una curiosa historia que me contaron a mí en un momento de bajón.

-Pero es que tengo miedo- dije yo. -. Miedo de la gente, de sus pensamientos, de sus comentarios, o algo peor...
Ella, la persona con la que hablaba, me sonrió, y me dijo:
"¿Te cuento un cuento?"

Un conferenciante, tras una de sus charlas, propuso a los asistentes que escribieran sus preguntas en un papel y firmasen, y él pasaría a responderlas todas, porque muchos perdían la oportunidad de obtener respuesta a sus preguntas por la vergüenza de hacerlo delante de todos.
Todo transcurrió normal, y el conferenciante comenzó a leer las preguntas. Papel tras papel, respondía a las dudas de todos los que la planteaban, hasta que llegó a un papel doblado.
Lo desdobló, y dentro, en mayúsculas, ponía "GILIPOLLAS".
Éste se dirigió al público:
-Fijaos qué curioso: En mis conferencias, a veces, me he cruzado con personas que habían escrito una pregunta sin firma... ¡pero es la primera vez que me encuentro una firma sin pregunta!"


Yo reí, y reí, sin parar.
No debe importarnos lo que la gente diga, o piense de nosotros. Lo que importa es que estemos orgullosos de saber, que jamás haremos algo malo, sino que dejaremos el mundo un poco mejor, independientemente de lo que los demás, que la mayoría de veces son cerrados de mente, crean para qué valemos, o qué debemos hacer.

¡Feliz día!

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