martes, 13 de agosto de 2013

Madre Tierra

Hace poco, encontré esta parábola india, la cual me dio qué pensar:

"Al comienzo, el salvaje estaba sentado en el tronco de un árbol.
El blanco llegó y le dijo: "¡Hazte a un lado!". El indio se movió un poco para permitir al extranjero sentarse a su lado. Pero el recién llegado no dejó de empujarle, repitiendo: "Déjame sitio, aléjate un poco más". Cuando el salvaje cayó del tronco, el blanco proclamó: "¡Ahora éste tronco es mío!"

Esto me da por reflexionar lo siguiente, que voy a compartir.
En el texto, los hombres blancos, nosotros, se apropian de un tronco. Un tronco que, daos cuenta, ¡Ni si quiera pertenecía al indio! Éste solamente estaba sentado en él. El tronco, a quien verdaderamente pertenece, es A LA NATURALEZA.
¿Por qué tenemos que arrebatar a la Tierra lo que le pertenece? No lo sé. Quizá por la ideología de creernos más fuertes que cualquier otro ser vivo que pueble nuestro planeta. Quizá por miedo, a aquellos días en los que no era fácil sobrevivir, pero éramos más autosuficientes. Sea cual sea, estamos MUY equivocados.
Tenemos la mala costumbre, de arrebatar al débil, o al que creemos que no se puede defender, lo que es suyo. De aprovecharnos de la situación de los demás y burlarnos de ellos. Pero esto es diferente. Nosotros no somos ni más fuertes ni más inteligentes que la naturaleza. Y ella sabe muy bien que lo inútil tiende a desaparecer. ¿Y quiénes somos los inútiles, que necesitamos abusar de los recursos que amablemente nos son cedidos, y no podemos valernos sin ellos, o consumiendo un mínimo de éstos?
Pensadlo.

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